RA

Ra "Gran Dios" anónimo, demiurgo, dios solar de Heliópolis en la mitología egipcia. Ra era el símbolo de la luz solar, dador de vida, así como responsable del ciclo de la muerte y la resurrección.

Su representación más habitual era la de un hombre con cabeza de halcón, sobre la cual portaba el disco solar. Otra forma de culto que se dio a esta deidad fue como Ra-Horajty, un dios solar con cabeza de halcón, coronado por el disco solar y el uraeus, con cetro uas y anj.

A principios del Imperio Antiguo, Ra era sólo una de las varias deidades solares existentes, pero hacia 2400 a. C. se había convertido en el dios oficial de los faraones, que se consideraban sus hijos, e incluso sus reencarnaciones. Durante la dinastía V fue elevado a deidad nacional y posteriormente vinculado al dios tebano Amón para convertirse en Amón-Ra, la principal deidad del panteón egipcio.

Durante el Imperio Medio su importancia cedió ante el auge del culto a Osiris, si bien en Tebas fue identificado como el dios local Amón bajo la forma de Amón-Ra, venerado como "único creador de la vida".

Ra conservó la supremacía durante siglos, excepto durante el corto periodo de atonismo en tiempos de Ajenatón (c. 1350-1335 a. C.), cuando el culto monoteísta a Atón se impuso en el reino de Egipto. Incluso el breve período durante el cual Amenhotep IV –que cambió su nombre a Ajenatón–, intentó imponer a Atón, el disco solar, en detrimento de Amón, es interpretado por los historiadores como una muestra de la persistencia del antiguo culto a Ra.

La identificación de Amón-Ra con Zeus o Júpiter fue reconocida por griegos y romanos. Los griegos incluso dieron el nombre de Dióspolis ciudad de Zeus a Tebas. El culto de Amón-Ra se ha relacionado en numerosas ocasiones con el de Apolo (Roma) por la simbología solar que ambos representan.

La leyenda mitológica más conocida en torno a Ra describe cómo durante el día cruzaba el cielo con su barca solar, mandyet, en tanto que por la noche viajaba en otra barca, Mesketet, a través de la Duat bajo la forma de Sol de poniente, Auf-Ra (carnero). Según los momentos del viaje, encarnaba tres entidades diferentes: al amanecer era Jepri; al mediodía, Horajty y al anochecer, Atum. Tras derrotar a la maléfica serpiente Apofis, la cual intentaba detener el avance de la barca, ascendía de nuevo al firmamento cada mañana.

Ra era poseedor de cuatro facultades: Hu (el gusto y la palabra), Maa (la visión), Sedyem (el oído) y Sia (el entendimiento y el tacto).


También tenía catorce ka: Dyefa (Ayefa) (abundancia), Aju (estrépito), Dyehen (resplandor), Heqa (magia), Hu (alimentación), Iri (producción de alimentos), Nejt (victoria), Pesedy (luminosidad), Shemes (fidelidad), Shepes (gloria), Seped (habilidad), Uas (honor), Udy (prosperidad), User (vigor). A veces, en el lugar de Uas, se indica Hu (brillantez).

Una de las razones por las que Ra fue considerado indestructible era porque nadie conocía su nombre. Esta creencia fue asimilada por varias religiones, entre ellas el judaísmo y el Islam, que denominan a su dios de múltiples formas pero establecen que se desconoce su nombre definitivo y cuyo conocimiento pronosticará el fin de los tiempos.

PERSEO

Danae había sido encerrada por su padre, Acrisio rey de Argos, en una torre, para impedir que tuviera trato con un varón, ya que un oráculo había anunciado a Acrisio que moriría a manos de su nieto. Sin embargo, Zeus se metamorfoseó en lluvia de oro y consiguió acceder a la estancia de Dánae y dejarla encinta.

Danae engendró a Perseo y, al enterarse, Acrisio los arrojó al mar en un cofre. Tras vagar durante mucho tiempo a la deriva, llegaron al reino de Serifos, donde fueron recogidos por Dictis, hermano del gobernante de la isla, el tirano Polidectes. Dictis fue para Perseo como un padre.

La belleza de Danae hizo que Polidectes también cayera enamorado de ella. Pensando que el joven Perseo podía ser un estorbo en sus planes intentó librarse de él mediante una estratagema. Ésta consistía en hacer creer a todo el mundo que pretendía conquistar a la princesa Hipodamía. Polidectes pidió a los habitantes de la isla que le entregasen un caballo cada uno como presente para poder ofrecer como regalo a la princesa. Al no tener ningún caballo que ofrecerle, Perseo le prometió traerle la cabeza de Medusa, una de las tres Gorgonas que podía convertir en piedra a los hombres sólo con su mirada. Polidectes aceptó satisfecho el ofrecimiento, pensando que la misión era un suicidio y el joven nunca regresaría.

Sin embargo, Zeus decidió ayudar a su hijo por lo que pidió a los dioses Atenea y Hermes que le prestaran su ayuda. Hermes le dio una hoz de acero con la que poder cortar la cabeza de Medusa mientras que Atenea le regaló un brillante escudo y le aconsejó sobre las tareas que tendría que realizar. Con el fin de encontrar el escondite de Medusa, Perseo fue en busca de las hijas de Forcis, las Grayas, tres ancianas que sólo tenían un mismo ojo y un mismo diente y que compartían pasándoselos una a la otra. Perseo les arrebató el ojo y el diente, obligándolas a confesar donde estaba situada la residencia de Medusa a cambio de devolvérselos.

En su camino, Perseo se encontró con las náyades, de las que consiguió un zurrón mágico, el casco de Hades, que permitía volver invisible al que lo llevara puesto, y unas sandalias aladas. Con la ayuda de estos objetos logró introducirse en la residencia de las gorgonas, que, como las Grayas, eran hijas de Forcis. Usando el escudo como espejo logró cortar la cabeza de Medusa sin tener que mirarla. De la sangre de Medusa nació el caballo alado Pegaso y también el gigante Crisaor. Después de aquello, Perseo salió del palacio de las gorgonas. Esteno y Euríale, hermanas inmortales de Medusa, lo buscaron, pero sin encontrarlo, ya que el casco lo volvía invisible.

HUNAB KU

Hunab Ku, es el principal dios de la mitología maya, considerado el centro de la galaxia, y a su vez, el corazón y la mente del creador. Si bien existían "esencias" menores, (Chaac, Dios de la lluvia por ejemplo) Hunab Ku era el centro de todo, y hacia allí y a través del sol, dirigían su mirada al estudiar las estrellas. Poco a poco se descubre el legado maya, y somos más quienes nos maravillamos con estos astrónomos, matemáticos, físicos, ingenieros, constructores; que poseían en lo que en nuestra visión ingenua del mundo creemos que es una civilización un poco primitiva, pero a la luz de los números mayas y su conocimiento, debemos comprender que sabían tanto o más que nuestros actuales científicos, puesto que casi mil años antes que las civilizaciones contemporáneas de su época, los mayas dominaban un sistema numérico binario exponencial, (el mismo que utiliza la naturaleza, en la división de las células) con base en el número 2, contando de a 20.

Los mayas nos dicen que desde el centro de la galaxia (Hunab Ku), cada 5.125 años, surge un "rayo sincronizador", que justamente sincroniza al sol y a todos los planetas, con una poderosa emanación de energía. En la rotación completa del sistema solar en la galaxia, ellos hacían una división de dicha elipse en dos, con una fracción cada una de 12.812 años, llamando a la fracción más cercana al centro de la galaxia, Día, y a la parte más alejada de Hunab Ku; Noche, tal cual se divide en día y noche en la Tierra. A su vez, dicha elipse era partida en cinco períodos de 5.125 años: los cuales eran: Mañana, Mediodía, Tarde, Atardecer y Noche. Según los mayas, justamente en nuestro nuevo milenio, estaremos ingresando en la mañana galáctica, y es marcada por el rayo sincronizador desde Hunab Ku.

Los mayas nos dicen que el período intermedio al traspaso, dura 20 años, y ellos lo llaman "El tiempo del No-Tiempo", en donde ocurren grandes cambios. Es allí cuando debemos ser capaces de transformarnos, puesto que será nuestra decisión seguir como humanidad o perecer en nuestra autodestrucción.

AMÓN

AMÓN -EL MIESTRIOSO-


Amón (Amun, en inglés) «El oculto», símbolo del poder creador y «Padre de todos los vientos» en la mitología egipcia.

Amón, helenización del nombre egipcio Amen. Originalmente una deidad tebana, cuyo culto se popularizó cuando la ciudad de Tebas pasó a ser una de las más influyentes de Egipto, tras la expulsión de los hicsos a manos de los príncipes tebanos que darían origen a la Dinastía XVII.

Nombre egipcio: Amen o Imen. Nombre griego: Amón. Deidad griega: Zeus.

Fue representado como un hombre de piel negra o azul, o en forma de animal, con cabeza de carnero. En cualquiera de las dos representaciones anteriores lleva sobre su cabeza un tocado compuesto por dos plumas, divididas en secciones, y un disco solar en la base (Amón-Ra). Podía llevar cetro uas y anj.

Amón representa un conjunto de conceptos abstractos asociados al aire, pues se encuentra en todo lugar y en todo momento, de ahí procede el título de "el oculto", ya que no podía verse, pero sí sentirse, y era el que atendía generosamente las peticiones que el pueblo le hacía llegar mediante súplicas y ofrendas. Amón se encuentra asociado a otros dioses, como a sus esposas Amonet y Mut, y a su hijo Jonsu. En Debod, Dakka y Dendur tenía por compañera a Satis.

En los Textos de las Pirámides se le consideraba una deidad del aire, pero más tarde se le asoció a Ra, dios de Heliópolis, divinidad Solar, bajo el nombre de Amón-Ra convirtiéndose en la principal divinidad de la religión egipcia, y cuyo nombre llevaron varios faraones en su titulatura. Se encuentra la primera mención conocida del dios en los Textos de las Pirámides del Imperio Antiguo, ganando importancia hacia el final del Primer Periodo Intermedio, en Tebas.

A comienzos del Imperio Nuevo fue considerado el dios dinástico, por la devoción que le profesaban los faraones tebanos, eclipsando el predominio del dios guerrero Montu, otra divinidad venerada en Tebas. La guerra contra los hicsos llevada a cabo por los príncipes tebanos de la dinastía XVII provocaría también el encumbramiento del dios de la ciudad a máxima divinidad del panteón egipcio, una vez lograda la victoria con la liberación y reunificación del país.

Los sacerdotes de Amón se convirtieron en el sector más influyente de la sociedad egipcia durante el Imperio Nuevo, llegando incluso a enfrentarse al denominado "faraón herético" Amenhotep IV (Ajenatón). En esta época comenzó su síntesis con el antiguo dios Ra, bajo la denominación “Amón-Ra”. En el Periodo tardío de Egipto adquirió un carácter más universal, siendo conocido por el nombre griego de Amón-Ra-sonter "Amón-Ra, rey de los dioses".

ZEUS

En la mitología griega Zeus (en griego antiguo Ζεύς, Zeús) es el rey de los dioses olímpicos, gobernante del monte Olimpo y dios del cielo y el trueno. Sus atributos incluyen el rayo, el águila, el toro y el roble. Además de su herencia indoeuropea, el clásico Zeus «amontonador de nubes» también obtuvo ciertos rasgos iconográficos de culturas del antiguo Oriente Próximo, como el cetro. Zeus fue frecuentemente representado por los artistas griegos en dos poses: de pie, avanzando con un rayo levantado en su mano derecha, y sentado majestuosamente.

Hijo de Cronos y Rea, era el más joven de sus descendientes. En la mayoría de las tradiciones aparece casado con Hera, aunque en el oráculo de Dódona su esposa era Dione, con quien según la Ilíada fue padre de Afrodita. Es conocido por sus numerosas aventuras y amantes, fruto de las cuales fueron muchas deidades y héroes, incluyendo Atenea, Apolo y Artemisa, Hermes, Perséfone, Dioniso, Perseo, Heracles, Helena, Minos y las Musas. Con Hera suele decirse que fue padre de Ares, Hebe, Ilitía, Eris y Hefesto.

Su equivalente en la mitología romana era Júpiter y en la etrusca Tinia. En la mitología hindú equivale a Indra, con quien comparte incluso el rayo como arma.

Zeus, poéticamente llamado con el vocativo Zeu pater (‘Zeus padre’), es una continuación de *Di̯ēus, el dios protoindoeuropeo del cielo diurno, también llamado *Di̯eus ph2tēr (‘Padre Cielo’). El dios es conocido bajo este nombre en védico (comp. Dyaus/Dyaus Pita), latín (comp. Júpiter, de Iuppiter, derivado del vocativo PIE *dyeu-ph2tēr), derivado de la forma básica *dyeu- (‘brillar’), y en la mitología germana y nórdica (comp. *Tīwaz > AAA Ziu, nórdico antiguo Týr), junto con el latín deus, dīvus y Dis (una variante de dīves), del sustantivo relacionado *deiwos. Para los griegos y romanos, el dios del cielo era también el dios supremo, mientras que esta función era desempeñada por Odín entre las tribus germánicas, por lo que no identificaban a Zeus/Júpiter con Tyr ni con Odín, sino con Thor (Þórr). Zeus es la única deidad del panteón olímpico cuyo nombre tiene una etimología indoeuropea tan transparente.

ITZAMNA

También llamado Zamná.

Señor principal para los mayas.
Hijo de Hunab Kú y esposo de Ixchel.
Itzamná e Ixchel forman la primera dualidad, característica que rige la cosmovisión mesoamericana. Comúnmente se le representó como un dios viejo que poseía el conocimiento del calendario, las matemáticas y la escritura. Según los mitos yucatecos fundó la ciudad de Izamal (en el estado de Yucatán, México) donde mandó a construir tres templos que representaban su cabeza y sus manos.
En el Chilam Balam se le atribuye el gobierno total del universo maya, siendo su morada el decimotercer cielo, en las alturas del árbol sagrado Yaxché (ceiba). Durante el clásico se le consideró padre de los gemelos sagrados del Popol Vuh y en algunos casos su abuelo.
Algunos reyes mayas adoptaban su nombre para agregar divinidad a su reinado, al igual que el de otros dioses como Chaac o K'awil. Entre los mayas actuales Itzamná tiene igual importancia que Chaac.

APIS

NOMBRE: APIS
TRANSLITERACION: Hp(w)
ICONOGRAFIA: Hombre con cabeza de toro, disco sobre creciente lunar y dos altas plumas. En las manos lleva el pilar dyed de Osiris, dios con el que se le fusiona tras su muerte. Toro negro con patas y vientre blanco, disco solar sobre la cabeza y/o ureo. En la
NOMBRE EGIPCIO: HEPU/HAPY
NOMBRE GRIEGO/ROMANO: APIS/ÉPAFO
NOMBRE MEROITICO:
SINOPSIS: Fue el heraldo de Ptah, símbolo de la fecundidad del suelo y del poder germinador. Constatado desde la dinastía I (piedra de Palermo), permaneció en el panteón hasta el Periodo Ptolemaico. Relacionado con Osiris; según la leyenda fue engendrado gracias a un rayo de luz solar que fertilizó a una vaca, mamífero que personificaba a Isis. El bienestar de Apis era motivo de preocupación para los egipcios, por ello vivía en un palacio en Menfis y, a su muerte, era cuidadosamente momificado, si escatimar medios, amuletos ni rituales, y enterrado en tumbas específicas para él (Serapeum de Sakkara). Entre su ajuar funerario encontramos un número importante de ushebtis. En vida se le proveía de un harén de vacas sagradas, que a su vez simbolizaban las 7 Hathor; al morir se convertía en Osorapis. La elección de un nuevo toro Apis, encarnación terrestre del dios, era muy rigurosa e importante para el pensamiento egipcio. El animal tenía que poseer 29 marcas específicas como prueba de que el toro era la verdadera encarnación del dios. Aunque ya desde el Reino Nuevo estaba relacionado con Osiris, el culto de Apis, con Ptolomeo I se fusionó completamente con el dios del Más Allá, dando origen a una nueva divinidad llamada Serapis, es decir, Apis identificado con Osiris al morir. Esta creación habría sido ordenada por mandato real, tras un sueño del monarca. Relacionado en los primeros tiempos con el dios solar, fue la deidad más importante de la fertilidad. Más tarde, se identificó en vida a Ptah, manifestándose como su encarnación animal (dinastía XXVI). También podía llevar el título de ?Hijo de Ptah? como una emanación del mismo dios. A partir de Reino Nuevo, según el papiro Harris, se entendió que Apis era el ba de Ptah y comenzó a ser citado como su ?heraldo?. En el último periodo de la civilización faraónica, se convirtió en dios de los muertos con carácter psicopompo y se entendió que el dios conducía al difunto hasta su tumba, le ayudaba y protegía para que el finado controlara los cuatro vientos del Más Allá. Es curioso que en algunos textos egiptológicos exista cierta confusión a la hora de distinguir el animal en que se manifiesta Apis. Sabemos que este mamífero se apareaba, por lo que, sin duda, no podemos hablar de un buey, que no es más que un toro castrado, y sí de un toro.

AFRODITA

Es la diosa del amor. Nacida de la espuma del mar de Chipre fecundado por los genitales del Cielo/Urano, arrojado allí por su hijo Crono/Saturno después de haberlo castrado. Afrodita es la "Amante de la sonrisa", "trenzadora de engaños".

Durante el juicio de Paris, nada pudo la majestad de la diosa Hera ni la belicosidad de Atenea frente a su seductora belleza. Fue la protectora de Paris y de Troya, y luego del héroe latino Eneas, el hijo de Anquises y fundador simbólico de Roma.

Es también la fecundidad en la naturaleza vegetal y animal. La lasciva paloma es su ave. Su hijo es Eros-el latino Cupido-caprichoso flechero de dos dardos: uno para los amores felices, para los desgraciados el otro.

Afrodita (en griego antiguo Ἀφροδίτη) es, en la mitología griega, la diosa del amor, la lujuria, la belleza, la prostitución y la reproducción. Aunque a menudo se alude a ella en la cultura moderna como «la diosa del amor», es importante señalar que normalmente no era el amor en el sentido cristiano o romántico, sino específicamente Eros (atracción física o sexual). Su equivalente romana es la diosa Venus.

Afrodita tiene numerosas equivalentes: Inanna en la mitología sumeria, Astarté en la fenicia, Turan en la etrusca y Venus en la romana. Tiene paralelismos con diosas indoeuropeas de la aurora, tales como Ushás o Aurora. Según Pausanias, los primeros que establecieron su culto fueron los asirios, y tras ellos los pafosianos de Chipre y los fenicios que vivían en Ascalón (Palestina), quienes enseñaron su culto a los habitantes de Citera. Se decía que Afrodita podía hacer que cualquier hombre se enamorase de ella con solo poner sus ojos en él.

El nombre Ἀφροδίτη era relacionado por etimología popular con ἀφρός aphrós, ‘espuma’, interpretándose como ‘surgida de la espuma’ y personificándola en un mito etiológico que ya era conocido para Hesíodo. Tiene reflejos en el mesapico y el etrusco (de ahí «abril»), que probablemente fueron tomados prestados del griego. Aunque Heródoto estaba al tanto de los orígenes fenicios de Afrodita, los intentos lingüísticos por derivar el nombre «Afrodita» del semítico Aštoret, mediante transmisión hitita no documentada, siguen sin ser concluyentes. Una sugerencia de Hammarström, rechazada por Hjalmar Frisk, relaciona el nombre con πρύτανις, un préstamo griego de un cognado del etrusco (e)pruni, ‘señor’ o similar. Mallory y Adams ofrecen una etimología del indoeuropeo abhor, ‘muy’ + dhei, ‘brillar’.

Si procede del semítico, una etimología plausible sería del barīrĩtu asirio, un demonio femenino hallado en textos babilónicos medios y tardíos.[6] El nombre significa probablemente ‘la que [viene] al anochecer’, una manifestación del planeta Venus como estrella vespertina, un atributo bien conocido de la diosa mesopotámica Inanna/Ishtar.

MITOLOGIA

La mitología es un conjunto de mitos relativamente cohesionados: relatos que forman parte de una determinada religión o cultura. También se le denomina mito a los discursos, narraciones o expresiones culturales de origen sagrado, y que posteriormente fueron secularizados y tratados como discursos relativos a una cultura, a una época o a una serie de creencias de carácter imaginario.

Los mitos son relatos basados en la tradición y en la leyenda creados para explicar el universo, el origen del mundo, los fenómenos naturales y cualquier cosa para la que no haya una explicación simple. Sin embargo, no todos los mitos tienen por qué tener este propósito explicativo. Igualmente, la mayoría de los mitos están relacionados con una fuerza natural o deidad, pero muchos son simplemente historias y leyendas que se han ido transmitiendo oralmente de generación en generación.

El término griego mythologia está compuesto de dos palabras:

mythos (μῦθος), que en griego clásico significa aproximadamente ‘el discurso’, ‘palabras con actos’ (Esquilo: «ἔργῳ κοὐκέτι μύθῳ», ‘de la palabra al acto’) y, por extensión, un ‘acto de habla ritualizado’, como el de un jefe en una asamblea, o el de un poeta o sacerdote o un relato (Esquilo: «Ἀκούσει μῦθον ἐν βραχεῖ λόγῳ», ‘la historia completa que oirás en un breve lapso de tiempo’).
logos (λόγος), que en griego clásico significa: la expresión (oral o escrita) de los pensamientos y también la habilidad de una persona para expresar sus pensamientos (logos interior).